3 motivos para pensar mejor esa estrategia
Es una frase que muchas familias escuchan apenas nace su bebé:
“Dejalo llorar, así aprende a dormir.”
Pero… ¿realmente aprende a dormir? ¿Es esa la única opción posible? ¿Y a qué costo?
Durante años se difundieron métodos que proponen dejar llorar al bebé sin consuelo como estrategia para que “aprenda” a dormirse solo. Hoy, con el respaldo de la ciencia y una comprensión más profunda del desarrollo infantil, sabemos que el llanto no es una solución mágica. Y que hay formas más respetuosas y efectivas de acompañar el sueño.
Te comparto tres razones por las que es importante cuestionar este enfoque.
1. El llanto no enseña a dormir
Cuando dejamos llorar a un bebé hasta que se duerme, puede que eventualmente se calme. Pero eso no significa que aprendió a dormir. Lo que aprendió es que, aunque llore, nadie va a responder. Deja de pedir, no porque no necesite, sino porque deja de esperar.
La capacidad de dormirse solo se desarrolla con el tiempo, a medida que el sistema nervioso madura y el bebé se siente seguro. No se trata de entrenarlo a base de soledad, sino de ofrecerle contención hasta que pueda hacerlo por sí mismo.
🧠 Según investigaciones publicadas en Infant Mental Health Journal, el método de extinción (dejar llorar sin responder) puede llevar al sueño, pero sin beneficios en el desarrollo emocional a largo plazo (Middlemiss et al., 2012).
2. Puede afectar la conexión y la confianza
El momento del sueño no es solo físico: también es un momento de apego y vínculo emocional. Acompañar a un bebé cuando tiene miedo, está cansado o necesita consuelo, fortalece su sentido de seguridad. Si se siente acompañado, va construyendo la confianza necesaria para luego dormir con más autonomía.
Dejar llorar de forma sistemática puede interferir en ese proceso, especialmente si se repite cada noche. No genera un daño inmediato en todos los casos, pero sí puede generar estrés, confusión y una sensación de abandono emocional, sobre todo en bebés más sensibles.
🤱 La Dra. T. Berry Brazelton, pediatra y experto en desarrollo infantil, sostenía que la respuesta sensible al llanto es clave para fomentar un apego seguro y una regulación emocional saludable.
3. Existen métodos respetuosos y efectivos
Acompañar no es lo opuesto a enseñar. Hoy existen muchas formas de mejorar el sueño del bebé sin dejarlo llorar solo. Métodos basados en la ciencia del apego, que consideran el ritmo de cada familia, los hábitos diarios, el entorno y las emociones de todos los involucrados.
El Family Sleep Institute (FSI), por ejemplo, enseña estrategias respetuosas que buscan equilibrio entre el descanso del bebé y el bienestar familiar. El respeto también se enseña, noche a noche, con presencia, con paciencia y con vínculo.
🌱 Como plantea la psicóloga infantil Aletha Solter, “llorar con alguien es diferente de llorar solo. El llanto acompañado permite liberar tensiones y construir confianza al mismo tiempo”.
Dormir mejor es posible, sin llanto forzado
No hay recetas mágicas, pero sí hay caminos posibles. Dormir no debería ser una batalla, ni un castigo. Y el llanto no debería ser una estrategia habitual para lograr el descanso.
Acompañar el sueño con respeto, aunque no dé resultados inmediatos, construye un descanso más sano, seguro y duradero. Confiá en que tu presencia tiene valor. Tu respuesta también enseña.