¿Sabés qué pensaba hoy?
Que estoy cansada.
Pero no ese “me vendría bien una siestita”...
Cansada de fondo.

De ese cansancio que se mete en el cuerpo,
pero también en la cabeza...
en los vínculos...
en la manera en la que nos hablamos a nosotras mismas.

Y pensaba también...
¿En qué momento nos convencimos de que descansar es un lujo?
Como si necesitáramos ganárnoslo.
Como si no alcanzara con estar agotadas para que sea válido decir:
“necesito parar”.

Y mientras tanto...
postergamos dormir.
Postergamos comer sentadas.
Respirar hondo.
Sentirnos personas.

A veces siento que tengo que pedir permiso para estar cansada.
Como si tuviera que justificarlo.
Como si no bastara con estar criando, sosteniendo todo.

Y ahí me viene esa frase que escuché tantas veces...
“Trabajá como si no fueras madre,
y sé madre como si no trabajaras”.

¿Te suena?
Esa exigencia imposible...
que no deja espacio para ser humanas.
Para equivocarnos.
Para necesitar ayuda.
Para parar.

La maternidad a veces se vive como una maratón...
sin final...
y encima con la presión de sonreír todo el camino.

Y si decimos que estamos agotadas,
enseguida aparece la culpa.
Como si pedir ayuda fuera rendirse.
Como si cuidarnos fuera egoísta.

Pero no.
Cuidarse no es un lujo.
Tampoco es un mimo extra.
Cuidarse es parte de criar.
Porque si vos te quebrás...
¿quién sostiene todo lo demás?

Y eso es lo más importante de este episodio:
No tenés que poder sola.
No fuiste hecha para poder sola.
Nadie lo fue.

Por eso, cuando termines de escuchar…
te invito a hacer una pausa.
Y pensar…

¿Quién puede ser parte de tu red?
¿A quién podrías recurrir antes de llegar al límite?
¿Quién te abrazaría sin juzgarte?

Pensá nombres.
Caras.
Gestos.
Aunque sea una persona.
Aunque sea un ratito.

Porque criar no debería sentirse como una prueba de resistencia.
Y el descanso…
aunque parezca imposible,
también se construye con compañía.

Descansar no es dejar de cuidar.
Descansar… es también cuidar.

Y vos, también merecés que te cuiden.

Nos escuchamos la próxima.
Y ojalá hoy…
puedas hacer aunque sea una pausa chiquita, solo para vos.